Erika Lust, la directora de cine para adultos que convirtió el porno en una "revolución" feminista y en un imperio comercial
"Tienes que decir que soy muy guay y que hago skate".
"¿Y qué más?", le pregunto.
Lara me clava una mirada sospechosa. Sus ojos verdes oscuros asoman por debajo de los mechones de pelo rojo que coronan su cabeza y que le caen, despeinados, sobre la frente.
"¡Que mi madre es la mejor, la más moderna y la más chula de toda Barcelona!", me asegura, y se esconde detrás del helado de fresa que está acabando de comer.
"¿Y qué más?", le pregunto.
Lara me clava una mirada sospechosa. Sus ojos verdes oscuros asoman por debajo de los mechones de pelo rojo que coronan su cabeza y que le caen, despeinados, sobre la frente.
"¡Que mi madre es la mejor, la más moderna y la más chula de toda Barcelona!", me asegura, y se esconde detrás del helado de fresa que está acabando de comer.